Trabajadores del Metro no renunciamos al contrato homologado
Ya hace casi un mes de la más importante asamblea realizada e impulsada por la motivación de los trabajadores del Metro de Caracas, para defender de manera unitaria el contrato que cumplió todos los pasos legales hasta ser homologado por las autoridades del Trabajo.
Desde esa fecha, la moral y decisión de los trabajadores del Metro es la misma: exigimos respeto al contrato homologado. Unos días antes el gobierno buscó el apoyo popular para aprobar la enmienda constitucional, sin embargo ahora ha colocado una hilera de obstáculos con el único propósito de quebrar nuestra moral e imponernos un contrato de hambre, ya que parten de pensar que si nos imponen a los trabajadores del Metro el contrato por ellos diseñado, lograrán hacerlo pasar a otros sectores que también están en lucha.
Esta es una política nefasta. Primero, el presidente Hugo Chávez negó “que la crisis del capitalismo llegara a Venezuela”. Luego agrego “que si los precios del petróleo llegaran a cero”, esta crisis tampoco nos tocaría. Finalmente el gobierno recoge la cabuya, y luego del 15 de febrero, aprobada la enmienda, “admite” que sí estamos en crisis y propone apretar el cinturón. Luego vinieron las declaraciones de Ciudad Piar, donde nos lanza la DISIP y DIM y todo tipo de amenazas contra los trabajadores de otras empresas en Guayana. Tanta sinceridad nos abruma. Ya el gobierno habló claro, -pero además esta actuando- y lo que pretende es descargar sobre nuestros hombros, nuestras familias y el resto de los trabajadores del país, la crisis capitalista que azota al mundo, imponiéndonos contratos de hambre. Para cerrar, nos confronta con la Madres del Barrio, como que si nuestra aspiración fuera que del presupuesto que sostienen estas misiones salieran los recursos para cumplir con el contrato firmado y homologado y con el que hoy nos atacan por oneroso, cuando lo único oneroso en este país “en transición al socialismo”, son los sueldos y niveles de vida de los diputados, ministros, presidentes de empresas, y el propio canciller que ahora además de funcionario pretende erigirse en dirigente sindical.
Esta es una campaña de terror con el único objeto de quebrar nuestra moral. Y tenemos que señalar con contundencia. De esta campaña forman parte Claudio Farías, el ministro Diosdado Cabello, Nicolás Maduro, y Francisco Torrealba, y con el concurso del presidente Hugo Chávez, como él mismo lo admitió en el discurso de Ciudad Piar. Es decir, “se vinieron con todo” con el objeto de arruinar las aspiraciones de los trabajadores del Metro, y sentar un precedente para el resto de los trabajadores del país. Esto no tiene nada de socialista. Detrás de ese discurso, se esconde la barbarie de la explotación capitalista y las intenciones claras de que los trabajadores paguemos la crisis.
El papel del sindicato ya lo advertimos en la asamblea del 17 de febrero, al solicitar su renuncia. Esta directiva sindical nunca estuvo a la altura de nuestras demandas, no mostró seguridad y aplomo ante la entrega del pliego conciliatorio, mucho menos al pliego conflictivo. Luego de esa asamblea, nunca más se consultó a los trabajadores, y se hizo poco esfuerzo por recurrir a la manifestación y presión de los trabajadores. Por debajo de cuerdas han anunciado que en pocas horas o días, llegarán a un acuerdo “intermedio” con la empresa, y debemos estar atentos pues es muy probable que intenten imponerlo sin consultar a los trabajadores. Esto no tiene otro nombre, que la de traición a nuestras aspiraciones votadas en la asamblea del 17 de febrero, en defensa del contrato homologado.
Los trabajadores, del Metro hacemos un llamado al resto de los trabajadores del país. Un llamado de advertencia, y para que estén atentos e impidan la imposición que ha significado esta actitud por parte del gobierno nacional, de quebrar la lucha y las aspiraciones de los trabajadores. De cercar nuestros derechos laborales, de impedir y coartar nuestro derecho a convenir colectivamente, a limitar y a inmiscuirse en el ejercicio libre y autónomo de nuestras organizaciones sindicales, amenazar nuestro derecho a huelga, con la presencia y el cerco de la GN y la DISIP, en los alrededores de las instalaciones del Metro. Este, no es el camino al socialismo. Sin la lucha independiente de los trabajadores nunca avanzaremos al socialismo. El tutelaje e intervencionismo del Estado tiene un sólo y único fin: que la crisis la peguemos los trabajadores y a eso nos oponemos rotundamente los trabajadores del Metro de Caracas. Por eso, no renunciamos a nuestro contrato homologado, rechazamos cualquier intento del sindicato de entregarlo a nuestras espaldas, y llamamos a la conformación de la más amplia red de apoyo y solidaridad con nuestra lucha.
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