Éxito, fortuna, venganza y tragedia sellaron su paso. De las canteras del show de Renny salieron grandes estrellas y quienes lo acompañaron consiguieron el éxito en el ámbito artístico.
"Pido autorización para subir a 7.500 pies. Vuelo visual, buen tiempo", dijo el piloto de una aeronave. Eso fue lo último que se supo sobre él. Ya han pasado tres décadas de su muerte, y el recuerdo de Renny Ottolina sigue presente en la memoria del país. Cada vez que alguien imita su particular silbido, se piensa en la leyenda del Número 1, de la TV venezolana.
Renaldo José Ottolina Pinto bautizaron Francisco y Ana Mercedes, al hijo que nació en Valencia, el 11 de diciembre de 1928. A la edad de dos años, quedó huérfano de madre. A los seis lo trajeron a vivir a Caracas con su abuela paterna, y a los catorce era un muchacho problema. Su padre, inmigrante italiano, se vio en la necesidad de enviarlo a estudiar a Europa y aunque no finalizó el bachillerato, desde los 17 años aprendió sobre medios de comunicación de la mano de Luis Alfonso Larrain.
Debutó en la pantalla en el programa El farol TV, junto a América Alonso (1953). Luego vendrían, Lo de hoy (1954), El show de Renny (1958), Renny, presenta (1965).
FAMA Y PODER
Renny fue un Rey Midas que convirtió en oro cualquier cosa que tocaba. Su éxito como productor y presentador de televisión, sólo fue comparable con lo que logró en la publicidad. Acumuló una fortuna que, según estimaciones de la prensa en 1978, cuando murió, sobrepasaba los 500 millones de bolívares. En Caracas vivía en una mansión llamada Guardatinajas, ubicada en Lomas del Tamanaco y tenía caserones en Los Ángeles, Roma y Madrid.
El éxito no sólo le sonrió en Venezuela, su programa Renny presenta se vendió en España y América Latina, incluyendo a Brasil.
También trabajó en la TV estadounidense, con la cadena ABC que le asignó un show en Nueva York.
Compitió con Jack Paar.
El estrellato que había conseguido le valió numerosos enemigos en Rctv, la televisora en la que desarrolló casi toda su carrera artística. Él ganaba más que la propia casa matriz. Lo acusaron de no tener rating, y en 1971, dejó ese canal y se instaló en la Cadena Venezolana de Televisión (hoy en día VTV).
Allá sólo trabajó 2 años, hasta 1973, cuando decide retirarse definitivamente de la producción, aunque siguió estando presente en los medios como figura principal en comerciales.
Así, como su triunfo, su vida personal también fue de novela. En 1954 se casó con una mujer acomodada de nombre René Lozada, de quien se separó en 1971. Tuvieron tres hijas Rhona, Ryna y Rena.
También se habló de un varón, que murió pequeño, y que sufría algún tipo de problema de desarrollo, por lo que jamás fue presentado en público.
Sus hijas fueron su mayor orgullo y también su principal dolor de cabeza. En 1969, Rhona y Ryna, las mayores, fueron secuestradas durante 12 horas. Le exigieron 120.000 dólares (516 mil bolívares, en aquella época del dólar a 4, 30) para entregarlas. Volvieron asustadas pero sanas y salvas, y a él, lo acusaron de haber montado un ardid publicitario, hecho que negó rotundamente.
Al año siguiente, las hermanas tuvieron un accidente en auto, en San Sebastián (España). Cayeron al mar con todo y coche, por andar a exceso de velocidad.
En 1974, Rhona, su hija mayor, campeona en equitación y bailarina, tuvo un accidente que aún, hoy en día, la tiene condenada a una silla de ruedas. Se lanzó en una piscina sin tomar en cuenta que la pileta estaba vacía, y se fracturó la base craneal y la columna.
Ella heredó parte del emporio publicitario de su padre y se dedicó a la política. Ryna, trabajó como modelo y cantante, pero no consiguió éxito y ahora vive en NY.
En marzo de 1978, coincidencialmente, cuando se efectuaba en Caracas la primera visita oficial del príncipe Carlos de Inglaterra a Venezuela; el entonces candidato presidencial por el Movimiento de Integración Nacional (MIN) realizaba un viaje entre Maiquetía y Porlamar, a bordo de la nave bimotor Cessna Charles 310, siglas YV1019P. Salió a las 5 y 15 de la tarde y nunca aterrizó porque se estrelló con una de las estribaciones de El Ávila, en el litoral guaireño.
Renny viajaba junto a tres miembros de su equipo, y el piloto. No hubo sobrevivientes.
Para ese momento, su hija Rhona estaba en la India en rehabilitación y René, Ryna y Rena, en el exterior. Él, fue enterrado seis días después del accidente, y a su velorio asistieron más de 10.000 personas.
DIRECTO DE LA HEMEROTECA
Su juicio a la televisión venezolana:
"La televisión venezolana, hoy por hoy, no aporta lo que debería a la cultura nacional. Es más, su influencia es, quizás, negativa. Para tener un punto de partida me veo obligado a comenzar por el final, que, en caso de un juicio, es el veredicto.
Encuentro la televisión venezolana culpable de ignorar la dignidad de los habitantes de nuestro país. Paralelamente, la encuentro culpable de desidia en su programación y de pecar de ligereza en la responsabilidad que implica su poder".
"La televisión tiene una influencia en el hogar mucho mayor que la de cualquier otro medio de comunicación masiva. Su fuerza es terrible. Es hora de que la televisión venezolana esté a la altura de su fuerza. Es hora de que la competencia entre estaciones cese en su lucha por demostrar quién puede ser el más vulgar de todos. Es hora de que la competencia sea para ver quién puede lograr el mayor respeto, el mayor aprecio y el mayor cariño de la comunidad venezolana".
Fuente: Reflexiones de Renny Ottolina, Revista Resumen, Nº 346, 22 de junio de 1980.
A 31 años de la partida de Renny
Resumen
En este Especial:
- Renny y la novela de su vida
- El Candidato de la Meritocracia
- "Soy el Número 1 desde que empecé" (Entrevista en 1976)
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